La primera causa de mortalidad infantil en niños de más de 1 año son los accidentes de tráfico. El uso de un sistema de retención infantil para tu bebé puede llegar a evitar en gran medida las lesiones. Las cifras demuestran que el uso correcto del sistema podría evitar nueve de cada diez lesiones (si la colocación del sistema es en sentido contrario a la marcha) y seis de cada diez lesiones (en su sentido de la marcha). Un estudio realizado en colaboración con RACE en un laboratorio homologado demostró la comparativa de dos niños en un accidente a 64Km/h. Mientras que el niño sin protección sufrió lesiones extremamente graves, el niño que viajaba correctamente protegido no sufrió lesiones de relevancia.
Viajando en coche y ante un accidente es imprescindible el empleo de un sistema de retención infantil adaptado a las características de cada niño. Aunque alguien pueda pensar que podría mantener un bebé entre sus brazos en caso de accidente, rotundamente le sería imposible sujetarlo pues un bebé de 9 Kg en un impacto frontal a 70 Km/h podría salir proyectado a una fuerza de unos 360 Kg. Por otra parte, a pesar de que niños y adultos tienen la misma probabilidad de sufrir un accidente cuando viajan en coche, las consecuencias para los más pequeños suelen ser más graves si no van correctamente asegurados, ya que al pesar menos y ser más pequeños pueden salir más fácilmente despedidos y golpearse con partes rígidas del vehículo o incluso salir proyectados fuera del mismo.
Otra de las razones por la que son necesarios los sistemas de seguridad específicos para niños son las características morfológicas propias de los niños, a parte de las diferencias obvias de peso y altura existen otras como la proporción entre cabeza y el resto del cuerpo, en el caso de un bebé esta proporción es enorme, ya que la cabeza supone una cuarta parte del cuerpo si se compara con la octava parte del cuerpo de un adulto.